Comunicarnos
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"La conversación es el proceso básico o esencial que desde siempre ha cohesionado a los seres humanos." Peter Senge |
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Una de las paradojas que vivimos en la actualidad es que, en la "era de la comunicación", hay una fuerte sensación de incomunicación. Los avances tecnológicos (Internet, fax, teléfonos celulares, videoconferencia, etc.) reducen distancias, reducen los tiempos; pero no han logrado reducir la soledad, la falta de entendimiento mutuo, no han facilitado resolver los problemas que tenemos al comunicarnos unos con otros.
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"Todo vivir humano ocurre en conversaciones y es en ese espacio donde se crea la realidad en que vivimos."Humberto Maturana |
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Al centrarnos en la comunicación como transmisión de información, dejamos de ver el costado humano de la misma. Es por ello que hablamos de "Conversaciones", como una forma de distinguir la capacidad humana de utilización del lenguaje. Es a través de las conversaciones (internas y públicas) que los seres humanos coordinamos acciones, reflexionamos, nos expresamos, damos sentido al acontecer y a nuestro hacer, nos relacionamos unos con otros.
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"En el conversar construimos nuestra realidad con el otro. No es una cosa abstracta. El conversar es un modo particular de vivir juntos en coordinaciones del hacer y el emocionar. Por eso el conversar es constructor de realidades."Humberto Maturana |
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La calidad de conversaciones que mantenemos determinan la calidad de nuestras relaciones. Por ejemplo, muchos de nuestros problemas relacionales surgen cuando prensamos que el otro debe hacer, o debió haber hecho, algo que no hace o hizo (o no debió haber hecho algo que sí hizo). Juzgamos (en nuestra conversación interna) el actuar del otro en base a nuestras creencias, nuestras expectativas, nuestros deseos. Por supuesto, el otro hace lo que hace en base a sus propias creencias, deseos, necesidades. A partir de allí surgen tres posibilidades básicas en cuanto al lenguaje:
- No dialogar: Tal vez por miedo, por vergüenza, por resignación o resentimiento, no decimos nada. Nos quedamos en nuestra conversación interna, donde probablemente la otra persona ni se entere lo que está ocurriendo. Todo queda en el nivel de "mundo interno", donde nada sucede en la trama vincular. La relación termina siendo cada vez más distante, inefectiva, con malestar.
- Conversar ineficazmente: Hablamos atacando, desde la imposición, echando culpas, castigando, criticando, buscando tener razón, quejándonos. No hay comunicación sino "emisión de comunicados". La relación termina en pelea, en la mutua destrucción, con vencedores y vencidos.
- Conversar efectivamente: Hablamos desde lo que sentimos, queremos y necesitamos (así nos cuidamos a nosotros). Desde el respeto hacia el otro como un legítimo otro (así cuidamos al otro). Nos importa escucharnos. Aceptamos que, como seres humanos, cometemos errores. Pedimos disculpas, reclamamos en caso de un compromiso no cumplido. Hacemos importante la relación y lo que nos interesa hacer juntos. Así, el vínculo se fortalece y profundiza, y la comun-ic-ación promueve la acción en común.
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Hablo porque conozco mis necesidades,
dudo porque no conozco las tuyas.
Mis palabras vienen de mi experiencia de vida.
Tu entendimiento viene de la tuya.
Por eso, lo que yo digo, y lo que tu oyes,
puede no ser lo mismo.
Por lo que si tu escuchas cuidadosamente,
no sólo con tus oídos, sino también con tus ojos y tu corazón,
puede ser que logremos comunicarnos.
Herbert. G.Lingren |
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El líder como promotor de conversaciones
Hace sólo unas pocas generaciones, a medida que las personas envejecían lo hacían con la idea de que la madurez personal estaba muy relacionada con el desarrollo de habilidades en "el arte de la conversación". Aunque no hace tanto tiempo, hoy nos parece muy distante. Era una época en la que el ritmo de vida era diferente. Era una era en la que al acabar el trabajo diario, las personas se sentaban y hablaban. Cuando la tradición oral estaba viva y el relato de viejas historias no había desaparecido de la vida de cada día. Era también una época en la que la vida y las relaciones todavía giraban en torno a conexiones de los unos con los otros, sencillas y llenas de significados.
Por supuesto que estas prácticas sencillas son muy antiguas. Pocas parecen estar tan unidas al corazón de las comunidades humanas como las de hablar y contar viejas historias. No se conoce ninguna cultura indígena que no practique la conversación sentados en círculo. Parece ser una de las poquísimas prácticas verdaderamente universales de la humanidad.
La propia palabra diálogo y su etimología nos invitan a explorar este conocimiento antiguo. Los antiguos griegos fueron quizá la última cultura occidental que preservó esta idea después de la revolución agrícola, de la emergencia de las ciudades-estado y las formas modernas de organización de la sociedad. Para los griegos, el "dia-logos", flujo de significado, era la piedra angular de la práctica civil, inseparable del auto-gobierno. La polis, o el lugar donde se reunían para gobernar, la raiz de nuestra política actual, no era más que un espacio físico que designaba y facilitaba el espacio conversacional para un auto-gobierno auténtico. La capacidad de conversar, de hablar juntos, constituyó el fundamento de la democracia, mucho más importante que las votaciones.
Carlos Herreros de las Cuevas
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Reflexiones
Empecé a darme cuenta de que en la vida diaria pasaba mucho tiempo conversando. Al comienzo ese conversar me parecía como un obstáculo para el trabajo 'real´. Pensaba que el trabajo real consistía en calcular, organizar, programar... Luego me di cuenta de que ese conversar era trabajo y que estas conversaciones tenían consecuencias. En aquel tiempo no tenía la noción del lenguaje como invención y constitución de la realidad; lo que yo llamo el papel ontológico del lenguaje vino después.
Fernando Flores |
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